jueves, 6 de noviembre de 2008

"¿Por qué todo ha de ser color de rosa?"

Eres un ser cruel, pobre y desaliñado que dormita sobre verde y sueña en añil. Pero despierta en gris y negocia en negro. Viste marrón y se atraganta de amarillo. Por no hablar del rojo de tus ojos, del azul anochecido de tus ojeras.

Pobre arcoiris.


En la mañana verde quería ser corazón
y en la tarde madura quería ser ruiseñor.
Alma, ponte color naranja,
alma, ponte color de amor.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Allá

No es sino un lugar donde decir basta,
un recodo, un rincón, una rama que rueda.
¿A dónde creíste que llegarías,
con esos ojos, con esa alma,
con esa manera de execrar poesía?
¿Acaso fuiste tú quien desfiló
ante lluvias de tantos lugares?
No.
Yo te digo.
No fuiste tú.
Tú te quedaste, preferiste, invernaste
ahorrando, dulcificando, mortificando
escribiste, aferraste, antepusiste
tu labia, la mía, tu lengua,
que ya no, no es mía.

Allá puedes caer, reina. Reina de gatos.
Insulsa, no fuiste tú quien me quiso.
Pero seré yo quien te recomponga
de los mil pedazos de porcelana
que de ti quedaron, esparcidos.

Anda lejos, ni eso me diste.


Ya amanece, tú piensa lo que quieras,
si se te van las fuerzas,
las mías irán con ellas.

El amor no existe

El amor no existe.
Es una trampa.
Para recoger vacantes, rellenar formularios, vender pisapapeles, dormir entre cartones. Para cortar el césped, decorar los museos por dentro y por fuera, hacer cola, esperar la vida. Para maldecir por lo bajo, revolver las sábanas, tantear de noche, caer de día. Para resurgir, pero más triste y viejo, para parar por puertas que cerraron, para seducir las copas.

Eso sí, qué buena, qué dulce, qué tan grande es esta jaula, que apenas si cabemos los dos. Tal vez por eso marchaste, por una trampa mejor.


Love is not a victory march
It's a cold and it's a broken Hallelujah

domingo, 2 de noviembre de 2008

Un semáforo con el que pelear

Me aburre el día a día de los que cuentan los segundos para echar a correr. Los que llevan taladrado el cartel de "No molestar", los que saben dónde dormirán al bajar del avión. Los que se mutilan la imaginación, para poder dormir mejor.
Entiendo a los que sufren, pero no les compadezco. Sufro por los que no lo hacen, porque ellos sí me dan pena.

Tengo todos los días un momento para pensar, y lo desperdicio imaginándome. Sin ataduras, y poder tirarme en donde quiera, poder gritar, poder saltar, sin que me llamen loco. O sin miedo a que lo hagan.
Me cansan los que leen poesía con el libro en alto, los que escriben sin haber vivido. Me enfado con quien cree que un libro es algo que utilizar, y me escandaliza oír lo bueno que es un libro de quien no tiene con qué comparar. Me aturullan las listas de ventas, y quien se busca por internet.

Me devuelve la esperanza el frío del invierno, la lluvia contra las ventanas, el silencio de la madrugada, cuando las páginas rugen, los lápices vuelan.
Odio al estúpido que miente y ni siquiera él se cree, al que coge un cigarro de forma escandalosa, a quien de tanto ir erguido solo sabe mirar por encima del hombro, y sobre todo al que se esconde después.


Hablando, un hombre pesimista y uno optimista, el pesimista comenta "El mundo no puede ir peor", a lo que el optimista responde "¡Claro que sí puede, hombre!"


Un penique por mi nombre