tag:blogger.com,1999:blog-73428454730085452252024-02-20T17:04:20.826-08:00Vicio y virtudDizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.comBlogger46125tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-9653394053301096252011-02-23T03:34:00.000-08:002011-02-23T03:42:01.980-08:00Sólo vientoUna hoja fue a caer sobre el hombro de Adolf. Y él no le dio importancia y la quitó de un manotazo de allí.<div>Años más tarde, inconscientemente, se llevó despacio la mano al hombro, queriendo escapar de aquel búnquer, sintiendo el peso del destino: el suave roce de una hoja de otoño.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><i>Y me adentré en una ardiente oscuridad,</i></div><div><i>y al avanzar había tanta gente que no pude ver nada más.</i></div>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-7393870429386618642010-04-08T17:27:00.000-07:002010-05-26T13:59:52.140-07:00Que venga el mal tiempo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzKrvwtvDMZaBEI3YwFVpB8Hx2lXwntdSoP7KtgcitnxDkc4lwyXuPLEJyUxyuiNE_d9-ATqHeoj6I1HXoIr_eNAmujeHAM0vszAvuvdtinvFFCEgV-auJRionlyGINQs7rlrU2QMp7Zjx/s1600/Dibujo.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 314px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzKrvwtvDMZaBEI3YwFVpB8Hx2lXwntdSoP7KtgcitnxDkc4lwyXuPLEJyUxyuiNE_d9-ATqHeoj6I1HXoIr_eNAmujeHAM0vszAvuvdtinvFFCEgV-auJRionlyGINQs7rlrU2QMp7Zjx/s320/Dibujo.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5457928832880865858" /></a><p class="MsoNormal" style="text-align: center;line-height: 200%; "><span lang="ES" style="line-height:200%;Times New Roman","serif";mso-ansi-language: ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family:georgia;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-small;">"Sevilla, Plaza Nueva" Arturo CERDÁ Y RICO</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height:200%"><span lang="ES" style="line-height:200%;Times New Roman","serif";mso-ansi-language: ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family:georgia;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"></span></span></span></p><span><span>Y esperar, a la sombra de los árboles, que vuelva el mal tiempo, con sus ganas de llover, sus nubes oscuras. Que vuelva con toda su fuerza; aquí le espero, me quedé ya sin canciones que cantar al buen tiempo.</span></span><div><span><span></span></span><br /><div><span><span>Así podré contar que ayer te vi, con tu falda nueva al viento, sin prisa ninguna, sin darte cuenta que a tu alrededor gira el mundo entero. Y contar de uno a hoy los días que te echo de menos, aunque ya no te busque, aunque ya no te tengo.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Este calor ya no me cala por dentro, ya no lo siento. Y mala señal es esa, mal augurio, mal contratiempo. Pero qué me va a importar, tengo mi banco, mi sombra, mi plaza nueva, ¡Sevilla entera! Y yo que ya no la quiero, ahora que la tengo.</span></span></div><div><span><span><br /> Yo no era de esos, y de eso hace bien poco, que necesitaran de un reflejo. Yo me basto, todo yo, para lo que el camino me vaya trayendo. Pero ya no. Ahora te busco, sí, con tu falda nueva, pero ya no estás, ya no hay espejo ni mirada al fondo, ni duda ni nada, pozo vacío muerto.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>¿A quién le dedico yo ahora mi vida, mis pensamientos? Si más que pensarme a mí sólo me vienen quejas, lamentos. Y yo que no era de esos y aquí me tienes, más solo todavía. Pero te guardo la silla, la vigilo toda la noche, y aún como ahora durante el día. Yo ya no quiero trabajo ni pan ni sueño ninguno, yo no lo guardo, ya no lo tengo.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>¿Y la plaza? Plaza nueva, poco concurrida. Los voy echando con la mirada, de esquina en esquina, porque vigilo siempre, sin duda, vigilo todavía.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span><br /> Lo mezquino en todo esto es la esperanza. ¡Aquí querría verla yo! Custodiando una silla, desbocando los quizás de tanto vestirlos.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Me llevo a la boca otro suspiro y me dejo caer en mi banco, que me recoge. Le debo mucho a él y a mi árbol, y a la mala noche que me hace encoger. Todo sea por esperar, por verte aparecer con tu suave falda nueva. Por ver cómo el viento se va llevando las promesas, y de las palabras sólo quedan las clavadas en mi corazón.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Los hay que lloran o ríen de los nervios, los hay que prefieren ser filósofos, y los hay bribones, muy bribones ellos, que quieren las riendas, el control de sus vidas por dentro, y correr escapando de ellas, enamorándose en cada rincón. Yo les llevo ventaja, y saco orgullo aquí en mi banco. Porque yo no te lloro, ni me desespero. Yo no te trato con palabras de otros, ni con libros pesados que no dicen nada. Yo me dejo llevar por ti, y si huyo es del resto, que me sobra, que me persigue, me ahoga. Yo no les busco pero ellos, todos ellos, están siempre tras la puerta, siempre ahí. Aunque no les busco, a ellos siempre los tengo. Para separarme de ti.</span></span></div><div><span><span><br /> Y es difícil, no lo creas, porque siempre lo vi venir. Hubiera sido fácil apartarse y dejar que otro más joven se encargase. Y cabalgue y se haga el héroe, conquistando de palabra lo que vaya a venir después. Pero me puse en medio y éste es el precio. El precio por haberte tenido, por haberte querido.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Porque yo si tú me dejas me dejo el tacto en ti y lo demás lo olvido, y me quedo a mi sombra pálida de ti. Y aunque me vaya herido aquí dejo mi árbol, mi buena sombra y esta plaza que ya veo envejecer.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Pero… pero, ¡ahí estás! Ahora llegas. ¿Vendrás a por mí? Ahora me vienen las dudas, ¿qué te digo? ¿Me saludas? No… no me saludas, es a otro, otro que ves venir. Y te conquista, el muy bribón, y cierra mi puerta tras de sí. Ya te has ido. Pero con otro. ¿Qué será de tu falda nueva con ése que se olvidó los dedos en otra y en tantas otras más? Maldito momento.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Y a mí ¿qué me queda? Ya no hay sombra, el árbol mengua. Tu silla, como todo lo demás, se la lleva el viento, y mi banco ¡ay mi banco de piedra! Se vuelve incómodo y de aquí me echa.</span></span></div><div><span><span>Abatido, abandonado, sin gracia ninguna, camino. Ya no hay nada que esperar, ni lugar donde ir. Mi casa se va contigo, y ahora es la calle de la que me hago huésped, mártir.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Aquí me quedo, aquí mismo, que aún veo la plaza. Desolada, la pobre, que tanto me acompañaba. ¡Plaza nueva! Tendrían que cambiarle el nombre, añadirle detrás un “mientras pueda”. Y yo ya no puedo, si ya no te tengo.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Enfilo de nuevo camino, sin denuedo, marcando a mi paso mi nuevo futuro. ¡Qué de conquistas! Ya no la quiero, no. Me voy y que le aproveche a él el bocado entero, que yo ya comí y eso era puro veneno. ¡Que ya no me corroe! Ya no le dejo.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Ahora corro, corro y casi vuelo. Me busco mi fortuna, el mal tiempo ya casi lo huelo. Llego al cuchitril que llamé casa antes que a ella, y cojo mi guitarra, mis letras, algo de abrigo, ¡y comida! Que ahora sí la quiero, porque ya no la quiero a ella, ya nunca más ni más quejarme. Salgo de allí y de nuevo corro, desalojando la soledad, llamando al pueblo entero. ¡Sevilla, Sevilla! Soy yo, ¡he vuelto!</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Llego a la plaza, arranco tu silla del suelo, me apoyo y canto, canto a la lluvia que algún día se nos vendrá encima, y ya no me haces falta, ya no te quiero. Ahora que te tenga otro, que te aguante el bribón, que te sude la envidia, ¡que se te acabe el pelo!</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Yo con mi guitarra voy llamando y se abren las puertas, ¡ya se nubla el cielo! La gente sale a los quicios a verme cantar, a ver al loco cantar sobre la lluvia y el hielo. Adiós buen tiempo, yo por mi parte ya no te quiero.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Ahora los niños se acercan, me hacen los coros. La plaza se llena, ¡Plaza nueva! Yo te traeré a la gente mientras aún pueda. Me miran maravillados ahora que canto, ¡jamás canté sobre este tema! Entonces sí que me dejo llevar y vuelve la alegría, y destierro la pena.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Pero en ese momento, maldito momento, la gente se aparta, una puerta se abre, mira la plaza llena, y ella me mira, con ojos insólitos, mis gestos inhóspitos, mi mirada serena.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Despacio, muy despacio, del bribón se separa, y camina lenta, muy lenta, a mi alrededor. Empieza su baile, su danza de muerte, y antes de poder enterarme, la guitarra es su acompañante, y de nuevo soy tu preso, de nuevo tuyo, ¡adiós sol radiante!</span></span></div><div><span><span>Te me abrazas y yo me pierdo, y los niños callan ya sus coros, mientras yo me pierdo poco a poco; la gente se va, ya no les veo. ¿Qué nos dejaron? La intimidad de verdugo y reo, la paz del esclavo, la quietud del matadero. Porque yo a ti me abrazo, aunque ya no te echo de menos. Ya no hay amor en mis caricias, ni anhelo en mi aliento.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>La vida se me escapa, también se la lleva el viento. Yo, inútil de mí, pobre yo vacío, te pertenezco.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span>Lo noto en tu mirada, todo empieza de nuevo. Porque te marchas y me dejas en mi plaza, Plaza nueva, con mi mal tiempo, pero otra vez sin canciones. Las nubes anuncian su tormenta con tambores de truenos, mientras yo me cobijo bajo mi árbol, ya crecido, y te veo desaparecer como al resto.</span></span></div><div><span><span><br /></span></span></div><div><span><span><br />Y yo, que ya no te tengo, que ya no te quiero… pero te espero.</span></span><p class="MsoNormal" style="line-height:200%"><span lang="ES" style="line-height:200%;Times New Roman","serif";mso-ansi-language: ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family:georgia;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"></span></span><o:p></o:p></span></p></div></div>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-1744623364703238772010-03-27T20:05:00.000-07:002010-03-27T20:16:31.290-07:00Con los ojos a cámara lentaEl vino recorría sus muñecas, sus mejillas. Su cara, normalmente ya colorada, parecía la de un esfuerzo sobrehumano, y de sus manos parecía gotear la sangre púrpura de un ser mitológico.<div><br /></div><div>Con el rostro encendido y la mirada perdida se preparó. Arqueó el brazo en lo que parecieron minutos, y después, con paciencia y artesanía, abalanzó la palma de su mano hacia mi cara.</div><div><br /></div><div>Entonces todo estalló.</div><div><br /></div><div>Yo caí de espaldas, ella siguió la inercia del golpe salpicando de vino las paredes, y mientras mi espalda destrozaba las botellas de cristal vacías tras nosotros, todo pareció volver a la normalidad.</div><div><br /></div><div>Y de nuevo lentamente se preparó, limpiándose como una gata el vino, mirándome recelosa desde su trono de inmadurez.</div><div><br /></div><div>Sólo había una reina en la colmena, y yo, levantándome con prisas, supe que había llegado el otoño, el tiempo de emigrar.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><i>Entre Hugo y Shakespeare han agotado los temas. Ya no es posible ser original ni siquiera en el pecado. No nos quedan emociones auténticas, sólo adjetivos extraordinarios.</i></div>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-78520847623070574122010-03-23T21:35:00.000-07:002011-02-23T03:42:49.494-08:00El frío agrietaba las ventanasLa calefacción se volvió a apagar, y él maldijo brevemente. Poco se podía decir ya del vaivén de la corriente eléctrica. Sin embargo no dejó de mirar expectante la pequeña luz del radiador. La atravesó con la mirada, amenazándola sin palabras para que se encendiera de nuevo.<div><br /></div><div>Era el invierno más frío de los últimos treinta años. Siempre es el invierno más frío de los últimos treinta años. Uno se pregunta si el tiempo no será como todo, y se repite una y otra vez con intervalos de treinta años. Era una buena cifra, casi una generación. No tenía nada de malo, excepto el crudo frío que se colaba por las grietas de las ventanas.</div><div><br /></div><div>Subió la manta hasta su nariz, con miedo de descubrir alguna zona de su cuerpo. El frío no perdonaba, no conocía la piedad. Tal vez treinta años atrás sí la conocía, y el frío era sólo un invitado más en la casa.</div><div><br /></div><div>Agarró fuerte la manta, y de repente la pequeña luz volvió, y el frío se fue alejando, esperando. Nunca se termina de huir del frío.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><i>Recuerdo sobre todo que el frío no venía de ningun lugar, por lo que tampoco había forma de detenerlo. Formaba parte de la atmósfera, de la vida, porque la condición de la existencia era la frialdad como la de la noche es la oscuridad. Estaba frío el suelo, el techo, los pasamanos de la escalera, estaban frías las paredes, estaba frío el colchón, estaban fríos los hierros de la cama, estaba helado el borde de la taza del retrete y el grifo del lavabo, con frecuencia estaban heladas las caricias. Aquel frío de entonces es el mismo que hoy, pese a la calefacción, asoma algunos días de invierno y hace saltar por los aires el registro de la memoria.</i></div><div><i>Si se ha tenido frío de niño, se tendrá frío el resto de la vida.</i></div>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-83915197590130829282009-09-27T18:26:00.001-07:002010-03-23T21:59:10.782-07:00El veredicto que todos conocíanOjalá pudieras entender que nadie nos mantendrá unidos ni un minuto más, y tus ojos sin brillo, y tu mirada vestida de viaje, y su equipaje a la deriva, y no volvernos a ver jamás. Podemos dormir juntos, otra vez, soñar que somos héroes en un barco de cristal, huir fingiendo que nos importa si el otro quedó atrás.<div><br /><div><br /></div><div><a href="http://albriciasnimias.wordpress.com/2009/06/13/y-las-mascaras-caen-fin-de-la-funcion/"><i>Sonrisas vacías, miradas perdidas. La búsqueda de complicidad que sólo te lleva a la soledad. La tierra baldía.</i></a></div></div>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-89890074739184105452009-09-13T15:00:00.000-07:002009-09-13T15:33:25.703-07:00Para ti un precipicio, para mí un principioTe vi en la azotea, yo en la calle; tú tan blanca, y yo en blanco, mirándote.<br />Y te recorrí lentamente, memorizándote, y ahora cada noche te admiro. Entonces me descubro como un idiota, que cree que puede llegar a ti, en lo alto.<br /><br /><br /><br /><em>"If it be your will..."</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-75397245915741941772009-09-12T06:39:00.000-07:002009-09-12T06:48:45.531-07:00Mi propia ejecución públicaLa parte oscura de desear no es la insistencia, ni el perdón; es encontrarte ante un muro que nadie ha puesto ahí, y que tú no querías ver. Lo malo de intentar atrapar el aire entre las manos no es cuando se escapa, si no cuando te das cuenta que no lo tendrás, jamás. Lo difícil no es minar el ansia, sino mantenerla el tiempo suficiente.<br />Y si sirve de algo el atrevimiento te lanzarás a por ello, y el choque y las risas, y empequeñecer por momentos.<br />Pero cuando vengan a decirme lo que no pude hacer, mostraré mis cicatrices, y todos los golpes me sostendrán en pie.<br /><br /><br /><em>"Lo malo del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-2377014746017436812009-07-08T18:42:00.000-07:002009-07-08T18:47:33.528-07:00Las pupilas enlatadasVendrán los muy altos y muy maduros a recordarme quién soy. Aprovecharé cada silencio para despreciarles mientras me humillan, y todo quedará en paz, y recogeremos nuestras cosas dándonos la espalda, vigilando por encima del hombro; odiándonos.<br /><br />Se irán entonces los muy altos y muy maduros, los inseguros hijos de la soledad, del engaño.<br /><br /><br /><em>"Hay quien dice que fui yo el primero en olvidar cuando en un si bemol de Jacques Brel conocí a mademoiselle Amsterdam"</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-36639500214196005002009-07-07T17:01:00.000-07:002009-07-07T17:15:42.463-07:00Las ramas rotas que crujían de nocheObservaba a su alrededor y se maravillaba. Era joven y entusiasta, y algo empezaba a florecer en ella, dándole las ganas y la fuerza para echar a correr y perderse en el bosque, con cada luna nueva.<br /><br />Se perdía, así, de su padre por un rato, revolviéndose en la oscuridad, notando más allá de su vestido la hierba húmeda, el camino de pequeños insectos de vivos colores. El bosque era su mundo, mudo y oscuro.<br /><br />Llegó entonces la noche. La luna, de nuevo, había huído del cielo.<br />Ella se levantó de un salto de su cama, y con paso decidido se encaminó a su bosque para buscar, una vez más, a esa luna rebelde.<br />No compartiría su mundo, su frío imperio. No otra vez.<br /><br /><br /><br /><em>¡Una voz, una voz para hablar!</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-56158840411392517732009-06-07T17:27:00.000-07:002009-06-07T17:38:54.010-07:00El sinsentido de la desinrazónLleno páginas y páginas con lo más absurdo que se me ocurre. Lo llamo escribir, y parece más de lo que es. Palabras sobre un cuaderno, que no pretenden nada.<br />Lleno páginas con lo más sórdido y lo llamo existir, pero no es nada.<br /><br /><br /><em><a href="http://www.youtube.com/watch?v=qJUTOtrQrSY">Sally, take my hand</a></em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-48264495433588595852009-06-06T10:15:00.000-07:002009-06-06T10:18:43.895-07:00Tú, a mediasAhí estás, ahí apareces,<br />sin avisar.<br />No sé donde esconderme<br />de ti.<br />Así que no me escondo<br />y te llamo.<br />Te veo venir, caminas<br />como siempre.<br />Y eres un recuerdo,<br />uno fuerte.<br />De violencia y otros tiempos<br />peores.<br />De desilusiones e hijos<br />perdidos.<br />Sigues alta y hermosa<br />y mortal.<br />En lo oscuro renaces<br />desnuda.<br />Evocas momentos que para mí quisiera<br />olvidar.<br />Y por poco no puedo pasar<br />la página. Y olvidar.<br /><br /><br /><em>"Jennifer lost the war today..."</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-63286339756642645172009-06-04T15:50:00.000-07:002009-06-04T16:03:41.167-07:00A la desesperadaPara despedirme me olvido de las rutinas de mano, de velos y tapices color adiós. Me oculto tras un abanico de excusas pobres, de las que tú ya has oído hablar, y me lanzo tras tu caída de ojos y el dulce olor de un mundo vacío.<br />Cuando acierto a mirar al frente ya recogiste tu maleta, ya se llevó el viento el ruido de la puerta, y desde el balcón te veo huir de mi manera de decir adiós.<br /><br /><br /><br />"<em>Cada día yo te llevo, cada día yo me despido. Y tú, tú me dices: Hoy ven a por mí"</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-44273139694272281452009-06-03T06:59:00.000-07:002009-06-03T07:14:43.442-07:00Uno, dos, tres... silencioCuando te miro, y no me refiero a mirarte, sino a Mirarte, escojo las palabras cuidadosamente y te describo despacio, saboreando la pereza que me das.<br />He decidido no volverte a ver; es una de las ventajas de saber olvidar, de poder ser cruel, de imitarte.<br /><br /><br /><em>"Por favor, por favor, no me lo digas, como yo no te lo digo a ti".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-34539027356722016952009-06-02T03:43:00.000-07:002009-06-02T03:55:01.713-07:00La caída solo es estrepitosa al finalHas llegado al final del camino. Allí donde nadie te espera. Y cuando ya estás al borde miras atrás.<br />Y te arrepientes. Amas, lloras. Te dislocas el tiempo perdido, con tus horas por aburrir. Pese a todo ves estalactitas de nubes, incendias tus naves de dudas, y con todo ello haces un humilde paquete de sinceridad.<br />Pero cuando te dejas llevar, más allá del borde, la recuerdas con su olor a despreocupación, su melena de rabia, su manera de delinquir contra ti.<br />Por eso, cuando caes ya no eres tú. Estás más allá del camino, y tus recuerdos.<br /><br /><br /><br /><em>"No luches con monstruos para así no convertirte en uno de ellos, si contemplas el abismo, el abismo te devuelve la mirada".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-49607933087302167182009-05-31T16:31:00.000-07:002009-05-31T16:36:50.530-07:00En la ciudad de donde vengo hay respuestas¿Sabe quién soy yo?<br /><br />Yo soy la última fila, el que otorga. Soy esa persona que cree que el mundo se solucionaría con la palabra, pero prefiere el silencio.<br />Las voces se alzan con un objetivo, por un motivo. Gritar tu nombre no te hará ser más tú, sea quien sea ese.<br />No es cuestión de quién tiene razón. Dadme el tiempo y os daré conciencias. Se trata del sentido de esas voces en alto.<br />El mundo cambia sin nuestro permiso. Sigámosle el rumbo. Que sea por una vez él mismo quien hable.<br />Por eso, yo no soy nadie, ni me siento capaz de decirle a alguien que está equivocado.<br /><br />Pero que ninguno de ustedes me pida silencio después de una pregunta.<br /><br /><br /><br /><em>"La vida humilla a todo el mundo y muchos son fuertes en el punto de ruptura, pero a los que no se doblegan los mata, y mata a los muy buenos y muy gentiles y a los muy valientes con imparcialidad".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-90277805966660431792009-05-12T17:00:00.000-07:002009-05-12T17:04:46.707-07:00La culpa de viajarNo vengas conmigo. No me sigas. No trates de encontrarme, no te ates a tu esperanza en mí.<br /><br />Me voy lejos, no me esperes despierta, no esperes por mí.<br /><br />Este es el castigo por irme, la culpa de viajar.<br /><br />Los aeropuertos están llenos de tu ausencia, con sus voces como cadenas, su <em>te vas a arrepentir</em>. Yo les quito importancia y me lanzo a viajar, a conocer mundo sin pensar en ti.<br /><br />Pero ya estoy lejos, tú vuelves a mí. Casi como por casualidad me saludas, con otra cara, otra voz, otro cuerpo que disfruta haciéndome sufrir.<br /><br />¿Serás tú ella? En este sitio que nada tiene que ver con aquél donde te conocí.<br /><br />Me miras. Pero callas. Ya no quiero volverte a ver, ya no quiero viajar más, pero qué puedo hacer, viajaré. Y tú estarás observando allí.<br /><br />Aquella carta que no me atreví a escribir empezaba con un <em>lo siento</em>. Pero escogí pasar frío, preferí ser sin ti.<br /><br />Por eso te escribo ahora. No viajes, no me busques. No te atrevas, no te lances, no me quieras, no te acuerdes de mí. Y aunque te lo pida desde el otro lado del mundo que nos separa, no me esperes dormida, pero no sueñes sin mí.<br /><br /><br /><a href="http://www.youtube.com/watch?v=bZ7ZBBU4Ibg"><em>"I can never go home anymore"</em></a>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-11688723744703606152009-04-23T17:41:00.000-07:002009-04-23T17:48:51.696-07:00Esa moneda aún no ha caídoMientras el mundo cambia a mi alrededor yo me muestro impaciente por acabar. Decido dar un paso, otro, y allá lo veo todo de nuevo.<br /> Mientras el tiempo pasa yo me doy cuenta de lo inexplicable que es que nadie me vea aquí de pie. Casi deseo ser un estorbo, que alguien me toque aunque sea para apartarme.<br /> Mientras todo sigue igual yo me encojo, estiro la mano para tocar a alguien, rozarlo con mis dedos.<br /> De entre el ruido, alguien deja caer una moneda sobre mi mano.<br /><br /><br /><br /><em>La pelota que arrojé</em><br /><em>cuando jugaba en el parque</em><br /><em>aún no ha tocado el suelo.</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-6676071404188454282009-04-07T18:34:00.000-07:002009-04-07T18:56:12.223-07:00¿Dónde quedó Atrás?El escritor es un ingenuo que se cree capaz de imponer al resto su visión del mundo, hasta que un día tiene el valor suficiente para releer su obra y desprecia al idiota que escribió algo tan corrupto pero tan admirable. Ya no volverá a escribir con esa pasión y ese arrojo.<br />El escritor se traiciona a cada palabra. Es el marido infiel de la belleza.<br /><br /><br /><em>¿Existe algo más vacío que el cajón donde solías guardar el opio?</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-44789120055240917532009-03-22T21:56:00.000-07:002009-03-22T21:57:36.380-07:00Imbéciles con armasY va el imbécil y dispara, como si eso fuera a hacerme daño.<br /><br /><br /><em>Creo que he hecho saltar el botón de la bragueta.</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-54241009717385359042009-03-22T21:53:00.000-07:002009-04-20T10:39:17.607-07:00Revolución era aquello que le llamaban...Era el líder de una revolución mundial, y poco antes del Golpe de Estado final me di cuenta. Seguía en mi habitación.<br /><br /><br /><em>"La hora ha llegado, pero no el hombre"</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-13420451202181423752009-03-21T19:00:00.000-07:002009-03-21T19:03:53.117-07:00Microrrelato IPara cuando se dio cuenta de que yo no era su marido ya quería el divorcio. Fue una luna de miel nefasta.<br /><br /><br /><em>"Me hice soldado para ganar fama, y me dispararon por seis peniques al día".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-58922227469426839082009-03-20T21:22:00.000-07:002009-04-20T10:43:16.234-07:00Farsa de AbecedarioA veces vuelvo a tener un deseo incómodo de poseerte. Entonces me doy cuenta de que estás hecha de aire, de que ya no te puedo tocar.<br />"¿Bailas?" me preguntas pese a todo, y pretendes con unos pasos hacerme olvidar. No es mal intento, aún sabes cómo insinuar.<br />Cuando te pierdo me amilano, y me echo de más, y me echo a la bebida como muerto de sed de ti que soy. Qué solo se está en este oasis de prestado.<br />"¿Dónde terminaré?" me pregunto mientras vago entre las dunas de mi existencia, que es tan triste y sangrienta que no es mía, y me aparto, y a la que me voy, ya no he estado allí jamás.<br />Era un sueño de otro, no mío, en el que había, incluso, un final esperándome. Menos mal, le perdí de vista.<br />Formulas tu última pregunta, y yo hago como que no la he oído, mientras me voy por las ramas de una conversación que me acerca a ti. Porque, en el fondo, "¿quién soy?" es una pregunta que podrás contestar.<br />Grande, me hice. Ni edad, ni trabajo, ni planes, ni sueños que no cumplí, ni divorcios inesperados. Ya que ni las peleas, ni el tiempo, ni las dudas ni el aburrimiento me hicieron grande, ¿por qué no tú?<br />Has de ver más allá, donde me llevaste. Es un desierto que no reconozco, donde hace frío de noche, y las nubes tienen forma de garras que se desvanecen en un cielo color malva. Es una selva de sombras sin fin.<br />Incumplo mi promesa y te llamo por teléfono, esperando que no contestes. A lo mejor te sientes mal y llamas tú, a lo mejor ya no me quieres oír.<br />Juraría que esa no eres tú, mientras que esa sí es tu voz. ¿Qué pasó? ¿Te la robaron? Ten, toma, esta es la mía, ya no quiero la voz, si no es para llamarte, y que me cuelgues la vista, y huyas al verme.<br />"K.O." me dice un hombre que pasa por allí, pegado a un rifle. Quiere dispararme, pero el rifle pesa demasiado y sólo acierta al suelo, haciendo levantar pequeños restos de mármol y roca.<br />Lo veo en tu mirada brillante como si no lo hubiera visto nunca antes. Me lanzo a ti. Me olvido de los demás.<br />Mientras el resto que no son ni tú ni yo hacen de sus vidas algo por lo que merece la pena levantarse un día más, y se arreglan el pelo, se maquillan, se transforman.<br />No me importa en realidad lo que haya más allá del cristal. Sólo sé que ya es de día y por primera vez en años no caigo ni tengo frío.<br />Olvido tu nombre cuando cierras y te vas, y dedico el resto del día a vestirme y montar el pequeño rompecabezas que has dejado bajo la cama antes de marcharte.<br />Puede que algún día lo quieras recuperar. Hasta entonces, yo no te esperaré.<br />"¿Quién eres?", me sobresalta de nuevo. "Soy un caballo de carreras, un vendedor ambulante, una anciana que cocina castañas al fuego, soy las chispas, el mechero sin gas". Si a ti ya no te gusta mirarme, me giro, me revuelvo, me espanto la piel y recojo del suelo el tiempo con el que abrigarme mientras deseo que me vuelvas a mirar.<br />Ruedas por mi mente, creyéndote dueña de lo que ves. ¿Qué ves? Te ves a ti, una y otra vez. Vete. Vete, déjame.<br />Solo. Quiero quedarme solo. Y perder todo el tiempo que me quede delante de una chimenea que caliente este cuerpo sin piel, estos ojos sin brillo. Sin compañía. Sin saber si he de sentirme solo, o sólo he de sentirme sin mí.<br />Te envidio, porque me tienes. Yo ya me perdí, hace mucho. Nunca piensas en ello, en mí, pero tres días antes de que lo hagas, si algún día volvieras a mí, yo estaría en tu puerta, lleno de lluvia, esperando.<br />Un día en mi vida, la caída que busca su final en el cielo. Pero mientras ese va quedando cada vez más lejos, hay otro que se acerca.<br />Va del uno al infinito, ida y vuelta sin parar. Cuenta. Cuenta si te atreves. Cuánto te puede quedar.<br />"Well-done", me dice ahora el norteamericano, con su rifle por los suelos, sudando. "Puedes irte". Entonces levanta la vista del suelo agujereado. Ya no estoy para oírle gemir, tan solo.<br />X. V. I. M. Letras. Números que no hacen sino intentar nombrarte, abarcarte. Tú te agitas y los echas de tu vida, y te abrazas a otros que no se parecen a mí, y te resurge el brillo, pero es un brillo de vulgaridad. Es el brillo de haber llegado a ser normal.<br />Yo nunca te perdí, porque ya no eres tú. Ni tu voz. ¿Qué pasó? Estás equivocada. "El amor no es una marcha triunfal". No es una victoria. No eres tú.<br />Zahorí de tus secretos, sé que volverás. Porque hay veces que yo soy sólo yo. A veces, sólo yo. A veces te deseé, mientras tenías voz y cuerpo. Pero ni yo puedo amar un recuerdo.<br /><br /><br /><em>"Yo regalo mundos vacíos, para que los rellenes con lo que tú quieras, aunque no me incluyas en ello".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-33194013330137063122009-02-22T12:58:00.000-08:002009-02-22T13:52:11.235-08:00Esclavos y tembloresFrecuéntame con tu manía persecutoria, átame y déjame después. Pero no cuchichees para ti con cada cosa que harías en mi cuerpo, no las guardes, son mías también. No puedo evitarlo, me he enamorado de ti, acosador, úntame tu rabia.<br /><br /><br /><em>Nada sabe igual, nada sabe igual que tú.</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-51552119598127448522009-02-21T15:04:00.000-08:002009-02-21T15:24:53.205-08:00Calla y escucha<strong>¡He aquí un tumulto irreverente que exige audiencia!</strong><br /><br />Porque ya no quiero esperanzas, ni esperas. Ni me gustaría encontrarme al cruzar la calle con dudas sobre lo que hicimos. No quiero barrancos ni quiero asaltarte, olvídate de que te arrastre a formar parte de mi vida. Me gustaría, en cambio, que entendieras que ya no tengo por qué hacer esto. Lo hago y lo haré, pero sin motivación. Seguro que algún día sin darme cuenta dejaré de hacerlo, y pensarás entonces que te he robado algo. No te quito nada al irme, no me das nada al quedarme. Pero aparto el montón de papeles sobre mi mesa, los restos de otras cosas menos importantes porque no hablan de ti, y me dedico de lleno a mantener viva una esperanza que ya no arde, ni se consume, ya no está. Ni siquiera espero que estas palabras hagan de fuelle, ni que estés al otro lado para escuchar, como siempre te limitas a escuchar el eco de tu propia voz.<br /><br />Pero si aún así me escuchas, y mis palabras vuelcan la hoguera, si quieres un salto al vacío y darme alguna limosna de lo que te sobra al mirarte en el espejo, si aún tienes más oídos que para ti y al menos una vez me ves dejarlo todo, arráncate de ti mi pensamiento, y devuélvemelo.<br /><br /><br /><br /><em>Mis huéspedes concurren, concurren como sueños, con sus rencores nuevos, su falta de candor. Yo les pongo una escoba tras la puerta, porque quiero estar solo con mi rostro de vos, pero el rostro de vos mira a otra parte. Con sus ojos de amor que ya no aman, como víveres que buscan a su hambre, miran y miran y apagan mi jornada. Las paredes se van, queda la noche. Las nostalgias se van, no queda nada. Ya mi rostro de vos cierra los ojos, y es una soledad tan desolada.</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7342845473008545225.post-58862575947271895562009-01-30T16:55:00.000-08:002009-01-30T17:01:55.257-08:00PasosLa hojarasca resuena bajo mis pasos, antes de ser pasos. Son pesados, son pasivos, impávidos pasos míos. Pero es un crujir pausado, de ritmo marcado, de marcha triunfal, de marcha fúnebre. Pues cuando mis pasos apenas resuenen, habré vencido, habré derrotado, habráse visto, la muerte a mis pies, y humillado.<br /><br />Enredo mis pasos, los que serán mi camino, en vueltas y redobles, en zancadas y mandobles de viento decidido, de viento qué he perdido, pero viendo que he ganado, ¡ah! sonrío y es todo solo un crujido.<br /><br />Hasta entonces aquí espero, sentado. A que vengan a buscarme mis pasos, que no son pasos, son (mi) camino.<br /><br /><br /><em>"Basta por esta noche cierro</em><br /><em>la puerta me pongo</em><br /><em>el saco guardo</em><br /><em>los papelitos donde</em><br /><em>no hago sino hablar de vos</em><br /><em>mentir sobre tu paradero</em><br /><em>cuerpo que me has de temblar".</em>Dizehttp://www.blogger.com/profile/07102578341162117268noreply@blogger.com0