... y es que sólo conozco el final de la historia.
Un final agorero, cenizo, un final crápula y canalla, un final que se saborea y se lamenta. A veces creo en el dolor, y otras sé que sólo es una parada más. Y entonces miro al cielo, veo a alguien allá arriba, vigilando atento y confiado, sonriéndome. No es un mal final, después de todo, David Bowie aún me espera.
"El mar estaba rojo y el cielo gris,
me pregunté cómo podía haber un mañana para hoy.
Las montañas y los cañones empezaron a temblar y a sacudirse...
los hijos del Sol estaban despertándose".
viernes, 10 de octubre de 2008
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