domingo, 28 de diciembre de 2008

Nacer, morir, y sobre todo joder

¿Estás ahí? Ya ha llegado el momento.
...
Sé que es díficil, pero no tienes opción.
...
Sí, sí, lo sé. Y posiblemente yo no tuviera valor, pero ya es tarde para ti.
...
Claro, sí, lo comprendo.
...
Bueno, si tienes miedo sólo tienes que pensar en mí, ya lo sabes, yo siempre estoy a tu lado.
...
Ya, ojalá ahora también pudiera.
...
Yo también, y lo sabes.
...
De acuerdo, ya no podemos esperar más.


Salta.



"I'm afraid inside my head..."

martes, 23 de diciembre de 2008

La canción de la duermevela

Me despierto con la música chirriante de la caja de la bailarina. Lleva años rota, o a lo mejor la bailarina a veces decide por la noche ponerse a bailar. Me levanto y veo el polvo que ha levantado. Cuanto más me acerco más fuerte puedo oír su melodía, imparable. Es dulce e interminable.
De pequeño le tenía miedo, pensaba que alguien vivía allí dentro y esperaba que se hiciera de noche para tocar en su instrumento una y otra vez la misma canción.
Me acurrucaba en la cama, me tapaba hasta los ojos, y esperaba que parara, o que amaneciera.

Hay algo terrorífico en ser niño, pero el tiempo te quitará hasta el miedo.

Cuando llego a su lado consigo cerrar la caja de música y vuelvo a la cama.


"Unos creen en la guerra, otros en el paraíso. Yo por mi parte sólo creo en Ella. Buscadme allí"

jueves, 6 de noviembre de 2008

"¿Por qué todo ha de ser color de rosa?"

Eres un ser cruel, pobre y desaliñado que dormita sobre verde y sueña en añil. Pero despierta en gris y negocia en negro. Viste marrón y se atraganta de amarillo. Por no hablar del rojo de tus ojos, del azul anochecido de tus ojeras.

Pobre arcoiris.


En la mañana verde quería ser corazón
y en la tarde madura quería ser ruiseñor.
Alma, ponte color naranja,
alma, ponte color de amor.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Allá

No es sino un lugar donde decir basta,
un recodo, un rincón, una rama que rueda.
¿A dónde creíste que llegarías,
con esos ojos, con esa alma,
con esa manera de execrar poesía?
¿Acaso fuiste tú quien desfiló
ante lluvias de tantos lugares?
No.
Yo te digo.
No fuiste tú.
Tú te quedaste, preferiste, invernaste
ahorrando, dulcificando, mortificando
escribiste, aferraste, antepusiste
tu labia, la mía, tu lengua,
que ya no, no es mía.

Allá puedes caer, reina. Reina de gatos.
Insulsa, no fuiste tú quien me quiso.
Pero seré yo quien te recomponga
de los mil pedazos de porcelana
que de ti quedaron, esparcidos.

Anda lejos, ni eso me diste.


Ya amanece, tú piensa lo que quieras,
si se te van las fuerzas,
las mías irán con ellas.

El amor no existe

El amor no existe.
Es una trampa.
Para recoger vacantes, rellenar formularios, vender pisapapeles, dormir entre cartones. Para cortar el césped, decorar los museos por dentro y por fuera, hacer cola, esperar la vida. Para maldecir por lo bajo, revolver las sábanas, tantear de noche, caer de día. Para resurgir, pero más triste y viejo, para parar por puertas que cerraron, para seducir las copas.

Eso sí, qué buena, qué dulce, qué tan grande es esta jaula, que apenas si cabemos los dos. Tal vez por eso marchaste, por una trampa mejor.


Love is not a victory march
It's a cold and it's a broken Hallelujah

domingo, 2 de noviembre de 2008

Un semáforo con el que pelear

Me aburre el día a día de los que cuentan los segundos para echar a correr. Los que llevan taladrado el cartel de "No molestar", los que saben dónde dormirán al bajar del avión. Los que se mutilan la imaginación, para poder dormir mejor.
Entiendo a los que sufren, pero no les compadezco. Sufro por los que no lo hacen, porque ellos sí me dan pena.

Tengo todos los días un momento para pensar, y lo desperdicio imaginándome. Sin ataduras, y poder tirarme en donde quiera, poder gritar, poder saltar, sin que me llamen loco. O sin miedo a que lo hagan.
Me cansan los que leen poesía con el libro en alto, los que escriben sin haber vivido. Me enfado con quien cree que un libro es algo que utilizar, y me escandaliza oír lo bueno que es un libro de quien no tiene con qué comparar. Me aturullan las listas de ventas, y quien se busca por internet.

Me devuelve la esperanza el frío del invierno, la lluvia contra las ventanas, el silencio de la madrugada, cuando las páginas rugen, los lápices vuelan.
Odio al estúpido que miente y ni siquiera él se cree, al que coge un cigarro de forma escandalosa, a quien de tanto ir erguido solo sabe mirar por encima del hombro, y sobre todo al que se esconde después.


Hablando, un hombre pesimista y uno optimista, el pesimista comenta "El mundo no puede ir peor", a lo que el optimista responde "¡Claro que sí puede, hombre!"


Un penique por mi nombre

viernes, 10 de octubre de 2008

Pierdo más de lo que tuve...

... y es que sólo conozco el final de la historia.

Un final agorero, cenizo, un final crápula y canalla, un final que se saborea y se lamenta. A veces creo en el dolor, y otras sé que sólo es una parada más. Y entonces miro al cielo, veo a alguien allá arriba, vigilando atento y confiado, sonriéndome. No es un mal final, después de todo, David Bowie aún me espera.


"El mar estaba rojo y el cielo gris,
me pregunté cómo podía haber un mañana para hoy.
Las montañas y los cañones empezaron a temblar y a sacudirse...
los hijos del Sol estaban despertándose".

domingo, 14 de septiembre de 2008

Dancing alone in the dark with Little Lulu

Sí, todo me pasa a mí. Yo soy el que sale en las noticias porque le tocó la lotería. Soy al que le roban después, y el que vuelve a casa en Navidad. Soy al que cierran la puerta en la cara, soy aquel sobre cuya tumba escupirán.

Soy ese hombre imberbe en un mundo de hombres altos, el que jamás deja propina, el que pide por las esquinas. Soy el que fui, tirado en una cama, abandonado entre seda. Solo en un callejón.

Los periódicos me nombran cada día, ustedes están hartos de ver mi foto. Soy ese hombre aburrido a quien dispararon, el que corrió delante de la policía. Soy el que suscribe y también quien lee, porque yo, amigo mío, también soy usted. Pero en sus más remotos pensamientos. Porque yo soy quien naufraga para ahogarse de viejo, el que necesita de la rutina, el que se queda bajo la lluvia.

Soy el necio y el que protesta, el hijo del jefe al que despidieron, soy, en resumen, un hombre sin suerte.
Ni suerte ni tino, pero soy el hombre de las mil oportunidades, el que se ve en el espejo, el que se asusta a sí mismo, el hombre tibio que pasa sin despistar. Porque yo, caballero, no soy usted. Yo soy a quien salpican y ladran, el que recoge su basura, el que tritura de día las noches, el que le sirve el champán cuando gana. Soy el que mira de lejos, el que pierde la cartera.

Soy el del abrigo gris, el turbante de seda. Quien elige si elegir el qué dirán o la montaña de ropa vieja. Soy quien ahora le mira desde un reflejo extraño, al que temen los niños, a quien la soledad adora.

Soy en sociedad, en público, soy ahora. Pero también en privado y soy el que desea ser, mañana. Aquel que duda, el que se embaraza, el simple que se cohíbe, el pudor en lata.

Soy la Bohemia como diosa escarlata, el botín, el pirata. El hombre que ruge, pero en silencio, el que mete la pata. Soy quien sabe que olvidó y olvidó quién sabe qué. Pero qué hombre soy, eso no lo niega nadie. Como que soy más que usted, si me lo permite.

Pero hay veces que ni soy, sólo dicen que debería hacerme ser. Qué le puedo hacer, yo sin mí, para qué.

Soy el dueño del rincón, el que se engaña. Soy a quien engañan las amantes con su bisón, su piel clara. El de la mirada limpia, el que no sabe qué es la ropa cara.

Soy quien afirma con un ladrillo en la mano, soy el peso de la responsabilidad, el incómodo señor del asiento de al lado. El que pierde el tren, el malhumorado.

Con todo sigo siendo quien envía cartas, quien recibe besos. El que siente, el que se disculpa, el que no es uno más de uno de esos. Soy quien lamenta no haber dicho, el que piensa por la escalera, el que cuenta los escalones.

Al que la luna elige, al que le guiñan las sonrisas, soy el hombre que sale en las revistas. Pero también soy hombre de contraportada, de peligro en mano. De ciento a mi lado volando, de pies en el suelo. De pie cuando estoy tumbado.

Porque yo soy a quien ves cruzar la calle, el que da de comer a las palomas, el que pide limosna, el que sueña con un Cadillac.

Soy el hombre que erró el tiro en el fusilamiento, a quien cogieron huyendo. Sí, de nuevo, soy hombre sin suerte, que vive y está muriendo.

He sido cúspide, llanura, he sido fondo. He vivido, muerto, he vuelto. Soy tanto que ya no soy nada. El que ha visto. El ciego.

Soy al que una vez dejaron morir solo. Y ya no quise ser nada más. Bailé contigo, diablo. Pero ahora soy quien dice... jamás.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Convivo con-muertos

A mi alrededor caminan cansados, discípulos mansos.

Cuando los observo asombrado, me parece ver un brillo curioso en sus ojos. Un brillo que apagan pronto, frotándose los párpados. Sí, allí estaba.

Los hay en bancos, sentados, esperando. Los hay vestidos de viejos, de putas, de malabares. Hay otros inconformistas con el clima, y también una que abraza demasiado a su niño.

En sus mentes una nube se llevó su arrebato. Su candez, su vivez. Dejó allí sandez de vivir, con regalos caros, joyas falsas. Sonrisas.


A veces basta el reflejo de una cerilla en la mirada, un sobre vacío, una mañana fría. Bastan para un asesino de palabras, un juntaletras que rompe hasta el aire.


A veces no soy yo, busco un disfraz mejor...

miércoles, 20 de agosto de 2008

"Romper un silencio así no tiene perdón"

- Hablas demasiado - le dijo, harto del sonido de esa voz.

- Eres tú, que no dices ni una palabra. No me gusta el silencio.

"Algún día aprenderá a escucharlo", se dijo el hombre, aburrido de esa voz estridente, aguda, de niño repelente. De niño de cuarenta y cinco años. "Esto no está hecho para ti. Esperar que ocurra algo, y ser hasta entonces un maniquí al viento, soso, apagado y sin vida".

De fondo, el chico seguía hablando.

"No todo es escuchar, supongo. Pero romper así el silencio..."

- Entonces va y me dice que qué hacía yo allí. ¿Puedes creerlo? ¡Yo! Si soy casi el dueño...

"Mientras el mundo duerme" era lo único que pensaba. "Mientras el mundo sueña tranquilamente, y un día más ha pasado, yo tengo que estar aquí, aguantando a este idiota".

El murmullo casi cesó, durante un segundo, lo justo como para tomar aliento y arremeter de nuevo.

"Esto tiene que acabar pronto... ¿no?"

- Por eso creo que tú y yo nos parecemos tanto.

"Eso sí que no".

- Mira, tú y yo no nos parecemos en nada, imbécil. Si quisiera parecerme a ti, cotorra de mierda, hablaría continuamente sin pensar lo que digo, y...

- Mira tú, chaval. Estamos en un coche de policía. Y yo no soy quien va detrás. Así que, como te decía...

"Esto no acabará nunca..." pensó, mientras le caía la cabeza hacia delante.


"Lo demás es silencio"

domingo, 27 de julio de 2008

Nadie, nunca, jamás

Nadie podrá en el mundo hacerme caer. Nadie será capaz de verme morir. Nadie habrá tan fuerte, pero sí tan dulce.

martes, 13 de mayo de 2008

Lo demás es silencio

Queremos que todo tenga un sentido. Que haya una consecuencia a nuestros actos. Mi vida importa, lo que haga con ella trascenderá de alguna forma. Queremos que mañana llegue.

Queremos pensar que mientras queramos, podremos cambiar el mundo, y que nunca llegará el momento de sentarse a ver pasar la vida. Sentarse e imaginar, ver, observar al resto. Ver el mundo que, ante nosotros, nos deja ver cómo es.

Queremos un nuevo amanecer cada día, y una noche estrellada antes de dormir. Pero lo cierto es que no dormimos bien. Lo cierto es que nos despertamos sin mirar al cielo.

Así que, qué importa. No hay futuro.

Al final te das cuenta. Ya es mañana.


One day, one room.

sábado, 5 de abril de 2008

Putas y revueltas

La señorita Tarántula, con paso decidido, invadió el camino. Ya se había acabado. ¡A la mierda esos gilipollas! Si no sabían entenderla, era su problema. Por su parte, ahora sólo quedaba dejarles claro quién podría lamerle qué parte de su cuerpo.

Desfiló de nuevo por la alfombra roja. Los flashes, locos por ella, se olvidaban del resto de invitados. Cuánto lo había echado de menos. "¡Chicos, chicos! Ni que nunca hubiérais visto auténtico glamour... - dijo sonriendo y mirando a la chica, rubia y con un vestido plateado, que se había quedado a su lado, con la boca abierta. Al pasar por allí, le golpeó con su boa de plumas negra, y siguió caminando, revolcándose en la luz, en las miradas, disfrutando por fin de volver a su espectáculo.

La anticipación hizo aún más sublime su entrada, cuando todo el mundo miraba hacia la puerta. "¡Ha llegado el premio de esta noche!" dijo abriendo los brazos. El resto de invitados no se atrevían a hablar, sólo la miraban, de hito en hito.
Un foco la iluminó. Empezó a cantar, acercándose a los señores de bien, escupiendo a los zapatitos con lazos de las niñas bobas. Besó a un hombre, acarició el pelo de un niño al que su madre, corriendo, apartó. Nadie se atrevía aún a moverse, con su voz vibrante en el aire.
Llegó al escenario, y subió poco a poco, con los últimos compases de la canción.
"Señoras. Señores. Soy el lado de ustedes que intentan ocultar. Les doy miedo, ¿verdad pequeño? - dijo sonriéndole al niño. Pero no tienes qué temer, tranquilo. Estoy aquí para guiarte. Puedo hacer de ti todo un caballero...
Pero, lamentablemente, antes debo dejarles claro al resto algo. Ya no soy quien era. Pueden olvidarse de aquellas corbatas. De aquellos maletines, y de tanto mentir. Por primera vez, estoy delante de ustedes. Cómo no, seguramente acabarán echándome de sus vidas.
Ojalá pudieran hacer lo mismo con sus mentes. Pero ya estoy ahí. Soy todos sus secretos".

Se sentó al borde del escenario, y con voz profunda y dulce, les dijo: "Soy la única verdad que veréis en vuestra vida".
Entonces volvió a levantarse, con los tacones clavándose en el suelo. Algunos, después de aquello, recuerdan que su cuerpo empezó a ascender, y creen que les vigila desde aquel momento, intentando obligarles a sentirse a gusto consigo mismos. Otros vieron como los de seguridad sacaron sus porras y la sacaron de allí a golpes, y si la hicieron volar, fue a patadas.

Nadie sabrá nunca que ella, allí, ya era inmortal, bajo la luz de los focos de la farándula con la que se atrevió a vivir.


"I'm just a Sweet Transvestite, from Transexual Transilvania"

viernes, 4 de abril de 2008

El humo de las aceras

Esta desilusión no hace de niebla, ni cae pesarosa. Late y vive, y va y viene. Siente, pero no se arrepiente, decidida acecha y, a la noche, salta por su presa. Mientras, en un baúl, arrepentido, el lado oscuro de la justicia y el decoro, tiembla de puro miedo, y hasta de sí mismo rehúye, y a sí mismo traiciona.

Pasarán las semanas, los días, pasarán las horas y se irán sin verlos todos los segundos que aún no sabes que despreciaste. El resto, que no es vida, ni merece la pena.

Pero ya es de noche, otra vez, ya vendrá el alba a callarme la boca. Terco me sé niebla, me sé viento y siento que vuelo. Mi voz acecha. Mientras, algo tiembla, allá, abajo.


"Y sal ahí a defender el pan y la alegría. Y sal ahí, para que sepan... que esta boca es mía"

lunes, 31 de marzo de 2008

Mis manos son de mentira

Artificial es lo que escriben, y polvo lo que quedará de ellas. Quedará también una marca en un mueble, una mancha en el suelo, un libro en blanco y la música en el aire que palpita.
Así que, ¿quién podría decirlo? Lo artifical y lo natural lo mismo dejan, lo mismo son. En el teatro ya no quedan telones que echar, la luz del día se cuela por un foco. Hipócritas los actores se desnudan una noche más, sintiendo lo mismo de siempre, recitando sin pensar. ¿Artificial? ¿Natural? Quién lo diría, lo mismo da.

Sabe que es dulce, pero sabe que es pecado. Al final sólo queda la mentira.
Entonces intenta que parezca que lo que sintió puede hacerlo sentir a los demás. Jamás lo conseguirá.

Al piano la voz de la luna le dice la verdad. "Sigue tocando para ellos, sin pensar en volver atrás. Sigue creyendo que detrás del telón no hay nada, o lo está todo. Hazlo a tu modo, convénceles. Esa será siempre tu vida y la suya. Ellos te mirarán. Tú sonreirás.
Por eso vivís, porque no sabéis mentir mejor".


"Lo haga bien o lo haga mal, prometo hacerlo de verdad".

martes, 25 de marzo de 2008

Hijo de la Fortuna

En el camino de sucesivos y súbitos hostiazos, nunca sabes cuándo te encontrarás de cara con la fortuna. No la fortuna de la gloria, la fama y el poder. La Fortuna. El destino. Porque de todas esas caídas habrá una en particular que marcará el resto. Y como puedes te levantas sabiéndote una persona nueva. Pensando que después de todo, esto está tan mal que no parece estar mal del todo. El legado del destino es la resignación. Podéis mandarme a la silla eléctrica, yo no pienso ser sólo un hijo más de la Fortuna.


"Me dividieron en trozos. Mi madre se quedó uno. Otro se lo di a mi hombre. El último se lo di a la estrella del rock que se llevó lo mejor, y salió corriendo".

domingo, 2 de marzo de 2008

Los ángeles no tenemos memoria

Así termina Barbarella. Psicodélico pase de modelitos de Jane Fonda. Grandísima película, que te hace plantearte por qué ya no se pueden hacer parodias de semejante calibre.
Es curioso que, justo las obras con un tono más cáustico y mordaz, vamos, todo aquello que pretende reírse de lo que ve, sea lo que más representativo y trinfante resulte. Podría ser el Quijote, The Rocky Horror Picture Show, o L'elisir d'amore. También, claro, Barbarella. El registro da igual, la idea es la misma, reírse de su propio ombligo.
A veces, esa es la única manera de tomarse la vida en serio, y mandar a cagar a los cuatro niñatos (por mucho pelo que gasten) que se dedican a criticar por criticar, que diría Alaska.

Al final será verdad, y los ángeles no tendrán memoria. Serán seres inconscientes, aislados de la podredumbre de este mundo. Al final será verdad que son puros. Y que no tendrán nada que ver con el hombre.


"Durante la caída, no dejo de oír voces en mi cabeza. Pero, por primera vez, son sólo las mías".

Aprieta el gatillo

Un segundo separa el placer de la obsesión. Un segundo más corto de lo habitual, más espontáneo. Porque no deja pasar el tiempo, el tiempo quiere pasar por él.
Un momento en el que dejas de pensar, y sólo sabes dónde está lo que quieres. Y será tuyo.
Un instante en el que, en tu cabeza, un gatillo se suelta.


Como un guante de seda forjado en hierro...

sábado, 16 de febrero de 2008

La vida es corta para bailar con gordas

Pero si me buscáis, estaré bailando con la luna. En un camino empedrado de pena y nostalgia. Y rencor a contramano. Un camino sin vuelta atrás.

Sin embargo, en tu honor, he de confesar que aunque pudiera no volvería atrás. Amarte me llevó a odiarte, odiarte a escribir, y escribir a echarte en falta. Para poder odiarte. Pero y qué si lo hago. Tú seguirás siendo tan puta, y yo tan estúpido como para no ir por ti.

¿Puedes oírme? ¿Aún llega mi voz al fondo del pozo? No hay manera de saberlo, ya no contestas. No importa, no me hace falta nada más. No quiero nada más. Ya tengo su mirada.


"Paralíticas rosas crecían en el jardín de la paz..."