Frecuéntame con tu manía persecutoria, átame y déjame después. Pero no cuchichees para ti con cada cosa que harías en mi cuerpo, no las guardes, son mías también. No puedo evitarlo, me he enamorado de ti, acosador, úntame tu rabia.
Nada sabe igual, nada sabe igual que tú.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario