martes, 12 de mayo de 2009

La culpa de viajar

No vengas conmigo. No me sigas. No trates de encontrarme, no te ates a tu esperanza en mí.

Me voy lejos, no me esperes despierta, no esperes por mí.

Este es el castigo por irme, la culpa de viajar.

Los aeropuertos están llenos de tu ausencia, con sus voces como cadenas, su te vas a arrepentir. Yo les quito importancia y me lanzo a viajar, a conocer mundo sin pensar en ti.

Pero ya estoy lejos, tú vuelves a mí. Casi como por casualidad me saludas, con otra cara, otra voz, otro cuerpo que disfruta haciéndome sufrir.

¿Serás tú ella? En este sitio que nada tiene que ver con aquél donde te conocí.

Me miras. Pero callas. Ya no quiero volverte a ver, ya no quiero viajar más, pero qué puedo hacer, viajaré. Y tú estarás observando allí.

Aquella carta que no me atreví a escribir empezaba con un lo siento. Pero escogí pasar frío, preferí ser sin ti.

Por eso te escribo ahora. No viajes, no me busques. No te atrevas, no te lances, no me quieras, no te acuerdes de mí. Y aunque te lo pida desde el otro lado del mundo que nos separa, no me esperes dormida, pero no sueñes sin mí.


"I can never go home anymore"

No hay comentarios: